El inicio de curso está a la vuelta de la esquina. Un año más, tras vivir una pandemia muchos factores de la educación han sufrido variaciones, por lo tanto, debemos de tener en cuenta una serie de causas para poder llevar a cabo un buen proceso educativo. Uno de ellos es la diversidad, ya que este concepto está muy presente en la sociedad actual y en la mayoría de nuestras aulas. Cada niño/a tiene su propia manera de pensar, sentir o actuar. Pero, existen casos extremos a los que hay que prestar especial atención, por el simple hecho de que esa diversidad puede estar afectando al proceso de aprendizaje del estudiante.
Antes de iniciar el curso habría que concienciar al alumnado de que en las aulas encontrarán una gran variedad de alumnado con diferencias muy grandes entre ellos/as, tanto psicológicas, culturales, económicas , físicas, etc. Por ello, ningún miembro que forma el grupo-clase es mejor ni peor que el resto, hay que aprender a respetar y cuidar las diferencias y las similitudes de cada compañero entendiendo que no todos podemos tener las mismas oportunidades para así tener un buen clima tanto de aula , como escolar y que el proceso educativo pueda ser mucho más efectivo.